Findom. El placer de perder dinero. Colaboración con El Mundo

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Findom. El placer de perder dinero. Colaboración con El Mundo

Comparto mi colaboración con el periódico El Mundo, sobre Findom…

Dominatrix financieras: cuando la ruina provoca placer sexual

 

El ‘findom’ es una parafilia que consiste en que el dominado colma de dinero y regalos a su ‘dómina’. CEO de empresas y políticos, entre estos clientes tan particulares. “Les excita la idea de perderlo todo”, explica una sexóloga

Gusano, Lagarta, Felpudo, Alcantarilla… incluso Esclavo número 1531995. Detrás de estos nombres se esconden hombres entregados a una parafilia sexual conocida comofindom en la que la pérdida del poder, representado en forma de dinero, produce excitación ante un ama que les lleva a un límite en el que sienten que pueden perderlo todo. “Los hombres sois así de patéticos”, resume una dómina durante su conversación con PAPEL. Efectivo, transferencias bancarias, regalos… los esclavos financieros harán cualquier cosa, incluso entregar el control de sus cuentas, con tal de complacer a su “diosa”.

“El findom es una práctica sexual de tipo BDSM -Bondage, Disciplina, Dominación y Sumisión, Sadismo y Masoquismo- en la que el dinero se convierte en el centro de la relación. Se someten mediante él. La ama se erige en un ser superior que ni siquiera tiene que llegar a ver en persona a sus sumisos”, explica la sexóloga Silvia Sanz. Se pelean entre ellos para pagarle las cenas, unos zapatos nuevos, las copas del fin de semana o incluso los planes con su novio. Todo lo que esperan a cambio estos “cajeros humanos” es cualquier cosa menos que les den las gracias.

“Hay días en que les digo que cuando la diosa abra los ojos por la mañana tiene que tener 50 euros ingresados en su cuenta. Ellos incluso me suplican que les deje que sea más”, cuenta Elena Cruz, que se inició en este mundillo hace poco más de un año cuando un hombre le ingresó dinero de más tras hacer una venta en Wallapop. Ella ni siquiera ha tenido encuentros presenciales con sus sumisos, ni les ha enviado fotografías o vídeos en los que se la vea desnuda porque tienen que tener claro que ella es una “princesa” a la que hay que cuidar.

“Yo siempre les hago saber que las putas son ellos y no yo”, añade Lady Verónica, un ama que trabaja con más formas de dominación además del findom y que sí que lleva a cabo sesiones en persona. “El sumiso tiene que sentir que tú eres poderosa ante él, y para ello hay que tener una forma de ser, una mirada, una voz… Que con una simple palabra seas capaz de humillar a esa persona. No todo el mundo vale para eso, aunque ahora con la crisis hay muchas mujeres que intentan actuar para fingir que son amas. Esto es algo con lo que se nace, y el sumiso lo nota”.

A pesar de que el volumen de dinero que mueve esta parafilia sexual en España aún es muy residual, en otros países como Reino Unido o Estados Unidos existen amas que llegan a amasar fortunas en regalos por parte de sus sumisos. Theodora, una de las dóminas financieras más importantes del mundo, empezó a aceptar hace cuatro años criptomonedas, y, con la revalorización del Bitcoin, asegura haber ganado durante el año pasado más de un millón de euros. “Es bastante común que mis clientes sean CEO de empresas o políticos que buscan liberar sus tensiones sexuales sometiéndose a una mujer. Entregar el control sobre sus cuentas es lo que mejor ejemplifica ese poder para ellos”, reconoce la joven francesa que, entre otras cosas, cuenta con una línea de teléfono que cobra 25 dólares al minuto por ser ignorado.

UN CLIENTE ME ENTREGABA TODO LO QUE GANABA MENOS LA PARTE QUE LE DABA A SUS PADRES. TAMBIÉN ME FREGABA LOS PLATOS Y HACÍA TODO LO QUE YO QUERÍA”, DICE UNA DOMINATRIX

“Suelen ser personas normales, con puestos de responsabilidad en los que son autoritarios pero sin que eso quiera decir que tengan que ser gente muy poderosa.A veces ni siquiera tienen mucho dinero y dan en función de lo que tienen. Lo que les excita es la idea de poder perderlo todo, sobre todo el control, y por ello utilizan ese riesgo con el dinero, al que dan gran importancia, para excitarse sexualmente”, aclara Sanz, que también es psicóloga clínica, durante su conversación con este periódico.

Por ello una de las primeras labores de una “buena dómina” es la de informarse acerca de la situación financiera de aquel con el que va a trabar una relación de sumisión. Cuánto dinero cobra, cuánto necesita para subsistir, si tiene personas a su cargo… a partir de ahí es ella, con el consentimiento de él, la que establece cómo va a ser la contribución que le hará su esclavo financiero por medio de un contrato que puede ser escrito o de palabra.

El último que tuve me dedicaba todo su tiempo libre. Me entregaba todo su sueldo menos la parte que le daba a sus padres para poder vivir con ellos, pero también me fregaba los platos y hacía todo lo que yo quería. Ese es el tipo de esclavos que me gustan”, cuenta Lady Verónica, que asegura que también existen unos límites éticos. “Si tiene mujer e hijos, por ejemplo, por mucho que quiera entregarte todo su sueldo no se lo debes permitir. Porque él quiera satisfacer su fetiche su familia, que seguramente no sepa nada del tema, no puede quedarse en la calle”.



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