Icono del sitio Silvia Sanz – Psicologa

Economía de Fichas. Cómo motivar a los niños para hacer los deberes.

Una de las lecciones más importantes que podemos enseñar a nuestros hijos es el de aprender a motivarse.

No es algo exclusivo de la especie humana, los leones rugen como si les hirieran sus cachorros al morderles para motivarles a aprender a cazar, pero afortunadamente nosotros disponemos de más recursos.

 

Uno de ellos, muy efectivo y muy utilizado, es la llamada “economía de fichas”. Aquí explicaremos los pasos de una economía de fichas para hacer los deberes. Pero podemos aplicarlo a cualquier otro ámbito de la vida cotidiana como las tareas de casa, lavarse los dientes, las comidas…

 

Esta técnica, que casi es un juego, se basa en la posibilidad para el niño o niña de obtener un símbolo de haber realizado bien una tarea que se expone a la vista de todos y le hace estar orgulloso de su buen hacer. Pero no se llama economía a la ligera, estas fichas tienen un valor: Al final de la semana la niña o el niño pueden canjear sus pegatinas por un premio acordado previamente.

 

Para empezar deberemos elaborar con el niño o la niña las reglas que deben seguirse. Este punto debe estar muy claro, esa personita debe saber a qué atenerse, cuales son las normas. Y una vez puestas, decidir si quiere o no cumplirlas, con las consecuencias que ello conlleva. Deben estar claras y accesibles al recuerdo, por eso las tenemos que escribir con él/ella, con palabras que entienda, deben negociarse los pormenores, las excepciones y deben estar colgadas en un lugar que pueda ver a menudo.

Aquí proponemos las que ves en la foto. Por ejemplo con éstas hay que explicarle en qué excepciones se puede levantar de la silla o qué significa “importantes” o “hablar vs. charlar” y darle  ejemplos: El cumple de la tía es una razón importante para no hacer los deberes si lo celebra el viernes, pero ir a jugar a la zona común no es algo importante y debe hacerse después de los deberes.

Vamos a explicar después cuales son los pasos para hacer los deberes. Nos serviremos de dibujos que colocaremos en orden con la instrucción escrita encima. Así, deberemos fabricar dibujos que representen las instrucciones:

1- “Sacar los libros encima de la mesa”

2- “Mirar la agenda”

3- “¿Qué deberes tengo?”

A continuación deberá pegar en el mural de los pasos para hacer los deberes los dibujos de las asignaturas de las que tenga deberes.

1- Lengua

2- Matemáticas (ahora que muchos colegios son bilingues tienen algunas asignaturas en inglés, debemos escribirlas como el niño/la niña las de)

3-Música

4-Inglés

5-Plástica

5- “Calculo cuánto tiempo debe llevarme” Este paso les sirve para organizarse y para practicar las sumas si están en la edad.

6- “Sentarme recto/a en la silla”

7- “Me pongo a tope siguiendo las reglas de los deberes”

8- “Me pongo contento porque lo he hecho bien” Este paso es fundamental. Los niños deben aprender progresivamente a premiarse a sí mismos. No solo con chuches, también con palabras de ánimo. Para depender cada vez menos de los premios y elogios que les dan los padres.

9- “¡Vaya! Me ha salido mal. ¿Por qué ha sido? Ah, por eso. La próxima vez me saldrá mejor.”

Debemos animarles a reflexionar, quizá no hayan seguidos las reglas, o calcularon mal el tiempo que les llevaba hacer los deberes, y a mejorar para el día siguiente sin que decaigan del empeño.

También necesitaremos una tabla con los días de la semana. Vale cualquier calendario pero yo recomiendo que lo hagas tu/ vosotros mismo/s, en compañía de tu/vuestro hijo o hija. Porque cuanto más se implique en la elaboración de la economía de fichas, más importancia tendrá para él/ ella. Podéis colorearlo, ponerle pegatinas, purpurina…

 

Pero si no os veis muy hábiles en manualidades o preferís hacer con él/ella cualquiera del resto de pasos, la marca Mr. Wonderfull tiene unos planificadores semanales chulísimos. Se puede poner en la cocina, ya que es un lugar de mucho tránsito y tu hija/hijo recibirá atenciones positivas más a menudo por sus logros (que es lo que en definitiva se busca, que el/ ella mismo/a se sienta orgulloso y quiera mostrarlo)

 

Lo siguiente que se necesita son las pegatinas, verdes y rojas, caritas alegres y tristes, una nube y un sol o sellos, que también les entusiasman. Como veis debe ser una dicotomía: algo bueno y algo malo. Y una tercera clase de pegatina o sello que será para cuando toda la semana lo hagan bien una carita dorada, extremadamente feliz, una estrella.

¡Wow! ¡Ya tenemos todo preparado! Ahora llega lo mejor: Una vez explicadas las reglas, fabricado el poster de “los pasos de los deberes” y la tabla de los premios, debemos acordar con nuestra/o hija/hijo cómo se canjean sus fichas o pegatinas y cuando se obtienen exactamente. Esto dependerá del objetivo que queramos lograr. Si es que los deberes se hagan a tiempo, haremos hincapié en ello, pero podría estar el problema en cualquier otro de los pasos. Como que se le olvide alguna asignatura.

En general, se debería obtener la pegatina positiva cuando se cumplan las reglas de los deberes y cuando se hagan todos y en un tiempo razonable que le permita tener tiempo libre también.

Al principio, como en todo aprendizaje, se concederá el premio más fácilmente, tampoco regalarlo, pero ya habrá tiempo de mejorar las marcas. Si antes de la economía de fichas tu hija/o se distraía toda la tarde en las musarañas y le daba la hora de la cena delante del escritorio, las primeras semanas puedes premiar que tarde solo tres horas. Semana a semana infórmale del aumento de los objetivos para poder obtener la ficha. Poco a poco, que vaya adquiriendo el hábito. El/ella mismo/a verá los beneficios de tener tiempo para jugar.

 

Es recomendable no empezar el mismo lunes, sino el martes o el miércoles y, para animar a seguir, regalar las fichas previas a ese día. En cuanto a los premios, estaría bien estipularlos comenzando los premios más baratos por un valor de tres fichas, algo pequeño, como pasar por el parque antes de natación el sábado, una bolsa de cromos (Siempre serán mejores los premios sociales, que tengan que ver con actividades, relaciones, porque a la larga son los más fuertes y los que más cambios logran). En un principio, localicemos los premios de la semana en el fin de semana de la correspondiente en lugar de alargarlos a la siguiente, para que no se mezclen. A medida que se coja manejo con el sistema pasadas las semanas podemos ir posponiendo la gratificación si vemos que está siendo efectivo.

 

Que el precio mínimo sean tres fichas tiene que ver con que nuestro/a hijo/a ha hecho los deberes bien la mayoría de los días: tres de cinco.

Para cuatro fichas acordaremos premios un poco más grandes, tampoco un salto radical, pero debe notarlo un poco: En lugar de ir al parque un rato, ir a merendar a la pastelería que le gusta (mejor que el premio sea el momento a que sea el bollo) en lugar de una bolsa de cromos, dos.

Por último, las cinco fichas. Aquí sí hay un cambio abismal, porque le vamos a explicar al mochuelo que cuando toda la semana se hace bien, esas cinco fichas verdes se convierten en una estrella dorada que vale como diez fichas verdes. Todo este paripé es para remarcar el cambio sustancial que existe entre hacerlo casi bien y bien del todo. Y los premios deben ir a la par: Ir el sábado por la tarde con papá y mamá al cine, a la bolera, a ver a los patos, a pasear por el monte…

Lo más importante de los premios de la economía de fichas es que no puedan obtenerse de ningún otro modo y que de verdad le gusten. Lo remarco porque parece obvio pero siempre picamos. Hay que estar muuuuy pendiente de no dárselo por otro lado y que no se lo den los abuelos o los tíos. Hay que dedicarle el tiempo necesario a buscar premios que de verdad les muevan, porque si no, no hará el efecto de motivación que buscamos.

 

Otra cosa que debemos tener en cuenta es que cada semana las fichas de la anterior caduquen. Esto se debe a que si aprende que puede obtener diez una semana y cogerse durante las tres próximas un paquete de cromos cada una, estaría aprendiendo una lección valiosa, la de ahorrar para cuando vengan mal dadas, pero no la que nos ocupa, que es la de tener hábito de estudio, responsabilizarse de sus obligaciones y retrasar la gratificación.

Teresa López

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