En un estudio reciente presentado en la sociedad estadounidense de neuroendocrinilogia del comportamiento se demostraba que las mujeres sienten atracción por tejidos animales como la lana y la seda. Al parecer las texturas más suaves también potencian la producción de oxitocina, que viene a ser la hormona digamos, de las relaciones.
La oxitocina se libera durante los abrazos y el contacto físico agradable, jugando un papel importante en la respuesta sexual.
La lana y la seda llegan a potenciar sensaciones agradables que hacen que se produzca oxitocina. Y a su vez, al tener sensaciones agradables el cerebro genera dosis de excitación.
Por ello, atendiendo a los resultados, la exploración con tejidos similares pueden ser una fuente de numerosas sensaciones agradables que nos lleven a disfrutar explorando con nuestra pareja.