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Sex Coaching

¿Qué hace realmente un coach sexual? El poder del sex coaching

¿QUÉ HACE REALMENTE UN COACH SEXUAL?

 

MÁS ALLÁ DEL TABU Y LA CURIOSIDAD

Durante los últimos años, recibo muchas llamadas y mensajes para preguntar qué hace exactamente un sex coach. El término en sí puede llevar a confusiones, por ese motivo aquí lo intentaré explicar del mejor modo posible para poder aclarar las dudas que son normales que puedan surgir.

QUÉ NO ES UN SEX COACH

Un sex coach no es un acompañante sexual, ni una figura que “enseñe” prácticas eróticas en primera persona.
Tampoco sustituye a la psicoterapia ni a la sexología clínica.
No trabaja desde el diagnóstico de disfunciones sexuales, ni aplica tratamientos médicos o psicológicos tal y como lo hace un sexólogo.
Y por supuesto, no se basa en juicios, etiquetas o fórmulas mágicas para “mejorar en la cama”.
El sex coaching no es exhibicionismo, ni entretenimiento: es un proceso de acompañamiento profesional con objetivos claros.

QUÉ SÍ ES UN SEX COACH

Un sex coach es un profesional que ayuda a las personas o parejas a reconectar con su deseo, su cuerpo y su comunicación sexual, desde un enfoque práctico, positivo y educativo.
A diferencia de la terapia, el sex coaching se centra en el presente y en la acción: cómo poner en práctica nuevos hábitos, ampliar la mirada sobre el placer y transformar la relación con uno mismo y con los demás.
Trabaja con objetivos concretos —por ejemplo, mejorar la intimidad, recuperar la chispa, explorar fantasías de forma saludable o fortalecer la autoestima sexual—.
Es un espacio donde se aprende a disfrutar sin culpa, sin miedo y sin exigencias.

CÓMO SE COMPLEMENTA CON LA PSICOLOGÍA Y LA SEXOLOGÍA

En mi caso, como psicóloga y sexóloga, el sex coaching es una herramienta que integra lo emocional, lo cognitivo y lo corporal.
Mientras la psicología profundiza en las causas, los patrones y las emociones que pueden afectar al deseo o a la pareja, la sexología ofrece el conocimiento científico sobre la respuesta sexual humana y sus variantes.
El sex coaching, en cambio, traduce todo eso en práctica cotidiana: cómo comunicar lo que te gusta, cómo recuperar la conexión erótica con tu pareja, cómo volver a sentirte libre en tu piel.

PARA FINALIZAR:

El sex coach no sustituye la terapia, pero puede ser el paso que necesitas para pasar de entender a experimentar; de hablar del deseo, a vivirlo.
Una mirada más activa, integradora y respetuosa con los ritmos de cada persona.

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