Eyaculación retardada

Eyaculación Retardada

EYACULACIÓN RETARDADA / RETRÓGRADA

Respecto a la eyaculación existen otras posibles disfunciones menos frecuentes que pueden surgir durante las relaciones, como son la eyaculación retardada, donde al hombre le cuesta eyacular y en ocasiones no puede alcanzar el orgasmo, sobre todo delante de su pareja. O la eyaculación retrograda, donde el semen fluye de la próstata hacia la vejiga en lugar de salir al exterior.

 

PÉRDIDA DE ERECCIÓN:

 

¿Quién no ha perdido la erección en alguna ocasión? Perder la erección o no tenerla a pesar de sentirte excitado les ha sucedido a casi todos los hombres en algún momento de su vida. Es bastante frecuente encontrarse con la dificultad para alcanzar o mantener una erección lo bastante firme como para realizar el coito y es uno de los motivos por el que se acude a terapia. Suelen ser hombres de 25 a 50 años y con recurrencia transmiten que pierden la erección justo en el momento de tener relaciones con penetración o en el momento de ponerse el preservativo e incluso algunos después de los juegos preliminares al quitarse la ropa. Es cierto que puede ser circunstancial o esporádica, incluso por temporadas y volver a la normalidad. O mantenerse más en el tiempo y causar un bloqueo o problema. Ya que en la erección intervienen diversos factores, al igual que en la excitación de la mujer, pero en ella no es tan perceptible como en el hombre.

 

La erección está muy vinculada a las emociones, por lo que cualquier alteración de estas influye en la misma. Hay épocas en que pequeños estímulos desencadenan una reacción enorme y otras en las que se reacciona poco o nada Esta variabilidad es biológica, psicológica y emocional. Puede estar causada por:  ansiedad, nerviosismo, falta de interés sobre el sexo, estrés, cansancio, conflictos en las relaciones de pareja, problemas laborales o familiares, excesiva auto-observación durante el acto sexual o exigencias de sí mismo o de la pareja acerca de su funcionamiento sexual, bajo ánimo o baja autoestima que también pueden afectar a la erección e inhibirla y no excitarse como a uno le gustaría.

 

La explicación sobre este proceso es sencilla: las situaciones de alerta o estrés hacen que los niveles de ciertas sustancias químicas como la adrenalina, no sean los adecuados para que suceda la vasodilatación de las arterias que irrigan el pene. De este modo, la afluencia de sangre se ve dificultada e impide la erección. De esta manera se genera un miedo a la actuación y provoca que el hombre permanezca demasiado atento a la respuesta eréctil, es decir se auto observa, y no se centra en las sensaciones eróticas agradables que influyen positivamente en la consecución de la erección. Esta situación, contrariamente a lo esperado, conduce a sucesivos fracasos. De esta forma se entra en una espiral fallo-miedo-fallo que suele ser difícil de superar por uno mismo.

 

En estos casos la ayuda temprana de un profesional puede ser determinante. Hay una causa común en nuestra sociedad actual que es la “inactividad sexual”. Sin que exista ningún trastorno orgánico ni psicógeno, la persona por razones diversas va distanciando progresivamente su actividad sexual, lo que va a afectar a las distintas fases de la respuesta sexual: deseo, excitación, orgasmo y satisfacción, causando frecuentemente anorgasmia femenina o impotencia masculina.  Estos motivos pueden ser una causa psicógena que se dan en el 60% de los casos. También existen otras causas de origen orgánico que pueden generarla.

 

¿Hay algún indicativo para saber que la causa no es orgánica?

 

Es lo primero que hay que descartar, las causas orgánicas. Siempre se recomienda que se acuda con antelación a un andrólogo, que es el equivalente al ginecólogo de las mujeres. O descartar que no sea debido a algún medicamento que se esté tomando. La pregunta que suelo realizar para descartar causas físicas es: ¿tiene erecciones matutinas o durante la noche? Si la respuesta es afirmativa y suele mantener la erección en otras situaciones, como pueden ser:  estando solo, o durante la masturbación, es muy probable que se trate de un problema psicológico.

 

Y esto se debe a que las erecciones nocturnas durante el sueño, que se producen habitualmente y de forma casi diaria, son indicativas de que no hay lesiones neurológicas ni cardiovasculares y de que la ausencia de erección en situación de vigilia (cuando se está despierto) puede ser debida a causas psicógenas o emocionales. La falta de erecciones nocturnas es indicativa de que puede haber una lesión orgánica, la mayor parte de las veces una arteriosclerosis que impide el normal relleno de los cuerpos cavernosos del pene. Es posible que se trate de una lesión neurológica o un disturbio hormonal o metabólico.

 

¿Entonces, a qué es debido? 

 

La causa, como se ha dicho anteriormente, es la ansiedad de ejecución. Los hombres se evalúan constantemente, como si estuvieran en un examen: “¿Qué pasará?, ¿tengo suficiente erección?, ¿se dará cuenta mi pareja?, ¿pensará que no me gusta?”. Estos pensamientos les llevan a estar más nerviosos que excitados. Y cuando pierden la excitación, también pierden la erección.  La ansiedad es una respuesta opuesta a la excitación. No se puede estar excitados y ansiosos al mismo tiempo.

 

 ¿Qué se puede esperar de la terapia? 

 

Lo fundamental es comprender lo que le está sucediendo. Es algo normal, producto de la ansiedad. Y se convierte en miedo porque algo diferente del propio placer depende de la relación sexual. Una de las claves para superarlo, aunque parezca insolidario y poco amoroso, es ser “egoístas”, en el buen sentido de la palabra: no puedes dar a tu pareja el placer que no eres capaz de darte a ti mismo. No se trata de olvidarte de quién tienes delante, pero sí de centrarte más en ti mismo, con el objetivo de darle más placer. Es paradójico. Pero si te centras en lo que sientes, en cada parte de tu cuerpo, y en todos tus sentidos, en tu propia excitación, más que en lo que está sucediendo o en el temor a lo que pueda suceder, la ansiedad irá disminuyendo. En terapia se trabaja la parte mental, los pensamientos que detonan la ansiedad, como puede ser la híper-responsabilidad que tienen algunos hombres acerca de la sexualidad. Lo cierto es que disminuiría bastante esta auto presión si descubrieran que para la mayoría de las mujeres lo mas importante no es la penetración.

 

Ellas disfrutan también con todo el erotismo, las caricias, los besos, el cariño, y pueden llegar al orgasmo de mil maneras sin que exista penetración. Si la hay está muy bien, pero si no, también. No es lo único que buscan en el encuentro sexual. Las mujeres disfrutan mucho con otros juegos. Recuerda que el punto más sensible de su cuerpo, dispuesto solo para dar placer, es el clítoris, y se puede estimular de muchos modos más allá de la penetración.

En terapia se trabaja la parte psicológica, se reestructuran algunas creencias respecto a la respuesta sexual, se elimina la ansiedad y restablece la confianza. Pero también se recomiendan diferentes juegos que se individualizan y se pueden realizar en casa a solas y/o con pareja.  En ellos, el objetivo es centrarse en las propias sensaciones hasta lograr mitigar la exigencia. Es una de las disfunciones con más probabilidad de éxito y con tratamientos más breves.

 

Es importante abordar los problemas de erección de una forma temprana. Ayuda en gran medida al hombre. De esta manera, evitamos entrar en la espiral fallo-miedo-fallo que genera bastante malestar.

 

¿Cómo pueden reaccionar la pareja? 

 

El papel de la pareja es bastante importante. He tenido casos de hombres que solo perdían la erección con una persona en concreto. Cuanto más importante sea la pareja para él, más ansiedad le genera. Lo ideal sería que ella tuviera una actitud de comprensión, de buscar otras alternativas de encontrar placer, como son la masturbación o el sexo oral. Y que trate de dar tiempo a la pareja sin exigirle. Puede que sea difícil, pero para solventarlo, es fundamental mostrar esta comprensión y transmitir tanto verbalmente como de modo más activo, que la penetración no es lo más importante. Es un paso más en la relación sexual, pero no lo esencial.

 

Como curiosidad, y relacionado con los problemas de erección, existe una enfermedad rara e inusual llamada priapismo. Se trata de una erección sostenida y a veces dolorosa que se presenta sin estimulación sexual. El vocablo priapismo viene del latín «Priapus» que era el nombre de un dios varón y fértil en la mitología clásica.  Desde luego, que en el punto medio está la virtud.

Silvia Sanz, Psicoterapeuta, terapeuta sexual y de pareja.

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