El deseo sexual de las mujeres suele ser tan intenso como el de los hombres, pero a diferencia de estos, las mujeres suelen asociar con más intensidad y frecuencia amor (afecto) y sexualidad. La experiencia sexual es corporal, neuronal, hormonal y como no, psicológica. La interpretación subjetiva que realizas de lo que vives es esencial para disfrutar de cada experiencia. De modo, que ya seas hombre o mujer, si te sucede que has perdido el deseo o es menor de lo que te gustaría, es clave que identifiques la causa de la falta de deseo sexual: descartar las causas hormonales, si interfiere el uso de medicación, etc… o si es algo más psicológico.
Por otro lado, es importante que te asegures de tener una buena comunicación con tu pareja, que tengáis confianza para hablar de lo que os gusta, y de vuestras fantasías. En ocasiones, hacer cosas nuevas pueden ayudar a recuperar el deseo sexual, así como la magia en la pareja. Y no olvides que romper la rutina puede ser una buena forma también de mejorar la libido. Sin olvidar algo tan básico como tener unos hábitos saludables de alimentación, ejercicio, sueño, e incluso momentos de relajación que pueden ayudar también.
Intenta introducir el sexo en tu vida. Despierta tu curiosidad sexual, busca actividades o estímulos que te puedan excitar, juega, rompe la rutina, habla de sexo con tu pareja, haz cosas a solas… Despierta tus sentidos, y tu cuerpo. Empezar por algo agradable, descubrir qué sientes cuando acaricias tus genitales, centrando tu atención en lo que experimentas suele ser un buen comienzo. También lo es recuperar todo aquello que anteriormente te excitaba.
La ausencia de apetito sexual suele afectar más a las mujeres que a los hombres. Puede ser por una causa orgánica o psicológica. Y habría que diferenciar entre pérdida temporal de deseo o ausencia de deseo hacia ninguna persona, circunstancia ni situación.