
23 Sep El impacto de las relaciones amorosas en el trabajo: la visión psicológica de Silvia Sanz
En su colaboración con ELLE, Silvia Sanz, psicóloga y sexóloga, analiza cómo las relaciones amorosas en el trabajo influyen en la dinámica de los equipos y en la vida profesional de quienes las experimentan. Este fenómeno, cada vez más común en entornos corporativos, no solo afecta a la pareja implicada, sino que también puede tener repercusiones en compañeros, líderes y en el clima laboral en general.
Beneficios potenciales de las relaciones amorosas en entornos laborales
Silvia identifica varios aspectos positivos cuando la pareja es discreta, respetuosa con los roles profesionales y mantiene límites claros: Mejora del estado de ánimo individual, al contar con alguien de apoyo en el día a día, se favorece la motivación. Reducción del estrés emocional, tener un compañero sentimental dentro del trabajo puede servir como red de contención ante demandas laborales. Y aumento de satisfacción laboral, sentirse comprendido, apoyado, y reconocido en lo personal puede reforzar el compromiso con la empresa.
Desafíos que surgen y consecuencias para los compañeros
Al mismo tiempo, Silvia advierte que pueden aparecer efectos negativos si la relación no se maneja bien, y estos repercuten en terceros:
- Distracción y pérdida de concentración: cuando los miembros de la pareja están pendientes el uno del otro durante la jornada, puede disminuir la eficiencia grupal.
- Tensiones tras rupturas o conflictos personales que se trasladan al espacio de trabajo, generando malestar entre compañeros.
- Percepción de favoritismo o desigualdad si uno de los involucrados tiene autoridad, influencia o mayores ventajas, lo que puede afectar la confianza del equipo.
- Impacto en el clima laboral: rumores, chismes, comparación de roles, posibles conflictos de intereses.
Buenas prácticas psicológicas según Silvia Sanz
Para minimizar riesgos y maximizar los aspectos positivos de las relaciones amorosas en el trabajo, Silvia sugiere:
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Definir límites claros: separar lo personal de lo profesional, evitar que discusiones afecten el cumplimiento de tareas.
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Comunicación transparente: tanto entre los integrantes de la pareja como con Recursos Humanos si es necesario, para evitar malentendidos en el equipo.
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Políticas organizacionales sensibles: que reconozcan que el afecto es parte de la naturaleza humana, pero que establezcan normas éticas y prácticas para proteger la integridad del ambiente de trabajo.
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Autoconocimiento emocional: reconocer cuándo los sentimientos interfieren en el rendimiento o en las relaciones laborales, y buscar apoyo psicológico si es necesario.
Las relaciones amorosas en el trabajo, cuando se gestionan con madurez y respeto, pueden enriquecer tanto a quienes las viven como al entorno laboral. Pero sin conciencia, los efectos sobre otros compañeros pueden ser negativos y duraderos. Según Silvia, lo esencial es equilibrar el afecto con la responsabilidad, permitiendo que el componente emocional conviva con la profesionalidad y el bienestar colectivo.
Lea el artículo completo en ELLE: «El amor en la vejez es pura delicia»: el triunfo del amor adulto
Autor: Marita Alonso