Pareja y ambición: ¿puede funcionar si tenemos objetivos distintos?, Silvia Sanz colabora en ELLE

En este artículo, Silvia y Carolina abordan la cuestión de cómo puede afectar tener metas y ambiciones diferentes en una relación de pareja. Se menciona que en la ficción y en el mundo de las celebridades, las «power couples» con ambiciones y poder son admiradas, pero en la vida real, ¿qué tanto importa tener una pareja con el mismo nivel de ambición?

Presentan testimonios de personas jóvenes que afirman que la ambición de su pareja es importante para ellos. Comentan que necesitan admirar a su pareja y que tener metas y aspiraciones les permite crecer y aportar nuevas experiencias. Se destaca que la admiración mutua es vital en una relación, y la falta de ambición puede generar pérdida de interés.

El artículo también aborda la brecha de género en relación con la ambición. Históricamente, los roles de género han atribuido la ambición al hombre, mientras que las mujeres han sido penalizadas en la esfera personal y profesional por tener ambiciones. Se menciona un estudio que revela que las mujeres que ganan menos que sus maridos tienen más probabilidades de divorciarse si su carrera despega repentinamente.

Para manejar diferencias de ambición en una pareja, se recomienda una comunicación abierta y sin reproches, establecer límites, buscar soluciones que satisfagan a ambos y tener empatía. También se sugiere dedicar tiempo a actividades compartidas y encontrar un equilibrio entre la carga de trabajo diaria y el disfrute mutuo.

El artículo concluye que la ambición es parte de nuestros anhelos y define la imagen que proyectamos de nosotros mismos. Aunque siempre habrá desafíos y sacrificios, es posible que una relación funcione si se logra compensar el desequilibrio y brindar apoyo mutuo.

Silvia Sanz, experta en terapia de pareja y sexualidad, y Carolina Freire Vales analizan los anhelos y objetivos al juntarlos con los de otra persona.

Sigan leyendo en el artículo: Pareja y ambición: ¿puede funcionar si tenemos objetivos distintos?

Autor: Carolina Freire Vales